En el dia d'avui el periodista Àngel Juanpere ha publicat al Diari de Tarragona una noticia referent a l'elevat número d'incendis de vegetació que han sorgit aquest any entre les poblacions de La Canonja - Bonavista - Camp Clar.
Aquests elevat número d'incendis es venen produint amb freqüència en els darrers anys, fet que representa un problema, ja que el parc de Tarragona al destinar els seus recursos per solventar aquest petits serveis de poca trascendència personal i material no pot garantir la mateixa rapidesa per altres serveis més importants com poden ser els de focs de vivenda o els d'accidents de trànsit. Les poques dotacions que queden al parc de Tarragona s'han de completar amb personal d'altres parcs propers, fet que incrementa el temps de resposta.
Desde que se inició el año, 103 incendios de matorral se han
declarado en el triángulo formado por los barrios de Campclar y
Bonavista y por el municipio de La Canonja. Aunque la mayoría de ellos
son de escasa consideración –menos de 300 metros cuadrados–, algunos han
arrasado varias hectáreas. Se producen tanto de día y de noche. Por
ahora no han provocado graves daños. Pero lo que más preocupa a los
equipos de extinción es el tener que destinar varias dotaciones a estos
incendios, lo que ha provocado que se haya tenido que pedir recursos a
otros parques para acudir a otra urgencia, con lo que el tiempo de
respuesta ha sido mayor del habitual.
La problemática no es nueva,
se viene repitiendo como mínimo desde hace diez años. Incluso en plena
de jornada de Sant Joan de 2002, al declararse un tercer incendio en
menos de una semana los bomberos optaron por no sofocar las llamas y
dejar que quemasen terreno de forma controlada. Días antes, los
propietarios de algunos vehículos aparcados en Bonavista tuvieron que
quitarlos ante la proximidad del fuego.
El jefe del parques de
bomberos de Tarragona, José Núñez, reconoce que estos incendios provocan
que se tengan que desplazar recursos prácticamente a diario: «Supone
destinar medios personales y materiales que están pensados
principalmente para dar una respuesta rápida a la ciudad y, en cambio,
se tienen que destinar a a sofocar incendios cuya pérdida material no es
importante». Núñez recuerda que este verano, mientras estaban apagando
este tipo de siniestros, se han declarado otros en pisos o se han
producido accidentes de tráfico «y han tenido que venir unidades de
Reus, Cambrils, Valls o de parques de bomberos voluntarios».
Nuñez
recuerda que el 22 de agosto se declaró un incendio en La Canonja, que
quemó más de dos hectáreas de matorral: «El parque envió dos dotaciones
completas –dos vehículos y ocho bomberos– y se contó con la ayuda de
Reus y Cambrils. Salió otro servicio y el parque se quedó vacío unas
cuatro horas». De todas maneras, recuerda que la ciudad no quedó
desatendida por la red de parques de bomberos con que cuenta la
Generalitat.
Los responsables de bomberos han mantenido contactos
con el Ayuntamiento para que los propietarios de las fincas las limpien,
«pero no lo hemos conseguido». José Núñez habló con el alcalde de La
Canonja y con el concejal de Interior «para que el próximo año se
limpien las fincas, porque es imposible aguantar esto».
Lo que no
se ha conseguido con Tarragona sí que se ha alcanzado con otros
municipios cercanos. En Altafulla se realizaron charlas con la Policía
Local y el propio alcalde «y ha bajado la cantidad de servicios». Lo
mismo ha ocurrido con Torredembarra y Salou –en este caso la zona más
problemática era Emprius–.
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